Te he mirado…
porque me fascinaron
tus ojos,
ni te percataste de que
eso se produjo.
Me lancé a conquistarte,
pero me frenaron
las gotas de lluvia que,
tan solo fueron dos.
Relámpagos lejanos,
en el horizonte,
truenos cercanos
por poniente
lo que estimularon
mis deseos.
Entonces… de pronto
escuché tu voz
y sonaron trompetas.
¡Qué pasión!
¡Qué momento!
Te amé en silencio
y recorrí tu cuerpo,
parte a parte,
beso a beso
como si se tratara…
de un verso.
Y para nada
un intermedio.
© Miren Palacios Publicado eñ día 17 de agosto de 2024
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