Minero, hombre duro y caballero,

que forjaste tu vida a base

de sacar mineral para hacer hierro.

Galerías y túneles donde la oscuridad reinaba,

y gracias a la luz de un candil, os alumbrabais.

Compañero inseparable, candil y minero.

Y bota con vino, que alegraba la vida del minero.

Igual de inseparable: pico, pala y barrena,

cesto y vagoneta, instrumento de todo minero.

Con esto se despide

uno de los hijos de un minero.

©José Aranda

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Categorías: POESÍA

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