veo una eterna huida hacia delante
si miro tus ojos cerrados
una huida alimentada por
un reclamo de luces inconscientes
del cuerpo que me abrió sus puertas
y me cerró tan pocas
qué lejos
el hálito paralizante
de la evidencia que ambos
nos quitamos de encima
qué lejos
aquella tarde sin persianas
ni celosías
la búsqueda a ciegas
el desconcierto
la sorpresa qué lejos
en este lecho carente de sábanas
que sepulta pasados
y aviva astros de los ocasos
qué cerca sí qué cerca la mutua fantasía
nuestro mundo recién mezclado
en esta noche
que me obligan a seguir adelante
tus ojos cerrados
© Roberto López Publicado el día 8 de octubre de 2024
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