Me gusta. La parte de la arena. Hoy en una conversación hice ese gesto con la mano, de la arena que pasaba entremedio. En ese momento me parecía tan importante y ahora me preocupo de que no lo fuera. Da igual. En verdad no es lo que importa.

¿Y porqué crees que has recordado eso ahora? 

Te lo pregunto a ti. 

Sí, tú. Allí, sisi. 

Estaba escribiendo en cuclillas en la parada de buses de Donosti. En medio de la nada con los codos mojados de la lluvia, y escribí que estaba en casa. Ahora en casa te escribo a ti. 

Había una vez un cuento que empezaba con arena. Un chico cogía un puñado de arena, y todos estábamos atentos. Atentos a ese momento con él y la arena, a ver qué pasaba. Nos fijábamos también del alrededor, de los sonidos de la lluvia, y de algún árbol a veces, todo en relación a ese puñado de arena. Pero no pasaba nada más. Esa era la historia. 

© Izar Ocariz                                                                             Publicado el día 19 de marzo de 2024

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