Escucha aquí «La taza lavada»

Buenos días cariño ¿Qué tal has pasado la noche? Yo he dormido como un tronco y eso que hace un poco de frio. Tienes los pies helados, pero no te preocupes que ahora cierro la ventana. No te enfades, es que me gusta dormir con un poco de aire fresco. Total, solo ha sido esta noche, para darme el capricho.

¿Sabes? Ahora que estamos los dos aquí, tranquilitos y tan en paz, creo que ha llegado el momento de que hablemos. No pongas esa cara, ya sabes que no me gusta que te enfades, que luego todo acaba en lloros. Y hoy, no sé, es un día especial.

Pero a lo que te iba. Quiero hablarte de Jorge. Le vi ayer. Los años que han pasado y está igual, oye. Muy educado. Me saludó cómo de lejos, pero yo le noté ganas de acercarse, de hablarme. ¡Siempre fue de un discreto! Y te digo que lo sigue siendo, porque pasó de largo. Para no comprometerme. Un hombre educado. Sí señor.

No. Me lo vas a preguntar y no. No ocurrió nada aquel verano. Él era un caballero, y yo, una señorita ¡Cómo pasa el tiempo! Debo decirte, que visto lo visto, me alegro que me dejases embarazada esa noche, porque me he enterado que tiene tres hijos. ¡Adónde iba yo con tres hijos! Bastante habría tenido si el nuestro hubiera sobrevivido en aquella caída. ¡Quita esa mueca de la cara, que me das miedo! Sé que no fue por tu culpa. ¡Los hombres a veces cuando dais un mal golpe…! Yo ya te he perdonado, y en realidad un trabajo menos, que quieres que te diga. 

Me gusta ver el rostro de su mujer cuando cree que no la estoy mirando. Mucho abrigo de visón y mucho abrirla la puerta del coche y subirla la compra. ¡Pamemas! ¡Si sabré yo como sois los hombres!

No te rías, ladrón, que ya he visto que me has dejado el jornal en la mesilla. Siempre con tus indirectas. Veo que por fin te has tomado la medicina. Ya era hora que me hicieras caso.

Bueno. Pues ya está dicho todo. Voy a levantarme que tengo un montón de cosas que hacer. Lavar esta taza, arreglarme para el velatorio, recados ¡Ay, sí! Y decidir. Tengo dudas sobre si enterrarte o incinerarte. Pero ya sabes lo apañada que soy.

Elegiré lo más barato.

© Purificación Mínguez                     Publicado el día 8 de marzo de 2024

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