La Dama de gris : Maria José Sobrino Simal
Asombroso cuando llegué a aquella ramblita. El cielo vestía de gris, y la ciudad parecía dormir. Les veía de reojo, a lo lejos, bien altos y robustos, con hermosos brazos, parecían quietos, tranquilos. Pero, conforme iba entrando comenzaban a murmurar unos con otros. Ciertamente intimidaban, pero yo seguía andando. Ahora Leer más…